La Internacional Antifascista denunció este jueves el secuestro de Maikelys Antonella Espinoza Bernal, una bebé venezolana de apenas 2 años, arrancada del seno de su familia por las autoridades migratorias de Estados Unidos (EE.UU.) y lo califica como terrorismo de Estado.

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Al calificarlo como un acto perverso y profundamente inhumano, la Internacional Antifascista agregó que el secuestro de Maikelys Espinoza es un crimen de estado, la necropolítica imperial contra la niñez.

“Hoy el mundo es testigo de prácticas bárbaras, y la expresión más cruel y malévola de estas es el secuestro de niños y niñas como forma de castigo político”, insistió la organización, al sumar que sus padres fueron acusados sin pruebas ni debido proceso de pertenecer a la derrotada organización criminal Tren de Aragua.

Esto, recalcan revela el carácter racista, xenófobo y neonazi de un sistema migratorio que actúa como maquinaria de represión y odio contra los pueblos del Sur Global.

“Este crimen no es un error burocrático: es necropolítica en acción. El gobierno de EE.UU., mediante sus agencias de control fronterizo, decide quienes merecen vivir en libertad y cuáles deben ser sometidos a la muerte social, pretenden decidir impunemente quien vive y como viven, ejecutan desapariciones forzadas de infantes y separaciones familiares.

De igual manera, reconoce el colectivo que Maikelys es hoy una víctima de esta lógica genocida que, bajo la retórica de «protección», ejerce soberanía sobre su vida arrebatándole su identidad, su familia y su futuro.

“¿Dónde queda el ‘interés superior del niño’ cuando el Estado utiliza a la niñez migrante como botin de guerra? ¿Qué justicia puede haber cuando las instituciones convierten la frontera en un espacio de excepción donde los derechos humanos se suspenden? Esto no es «ley y orden»: es terrorismo de Estado, una repetición escalofriante de los métodos”.

“La necropolítica imperial no solo encarcela a Maikel Espinoza en un campo de concentración en El Salvador (como parte de la criminalización de la migración), sino que condena a Maikelys a un limbo jurídico y emocional, negándole incluso el derecho a sentir el calor de los brazos de su madre, Yorely Bernal, quien hoy clama con dignidad insurrecta: ¡Devuélvanme a mi hija!”, refirió la Internacional Antifascista.

Exigen el desmantelamiento de los campos de detención y cese de la criminalización de la migración y hacen un llamado a la solidaridad internacional: sindicatos, movimientos antirracistas, colectivos feministas y defensores de derechos humanos a sumarse a la campaña Free Maikelys Espinoza.

“No nos callaremos hasta verla libre, ni hasta que cada niño robado por el fascismo regrese a casa”, aseveraron al remarcar que no permitiremos que la necropolítica imperial siga decidiendo quién vive, quién muere y quién es condenado a desaparecer en silencio.

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